jueves, 22 de septiembre de 2011


Justamente ahora irrumpes en mi vida, con tu cuerpo exacto y ojos de asesino. Tarde como siempre, nos llega la fortuna. Tu ibas con ella, yo iba con él, jugando a ser felices por desesperados, por no aguardar los sueños, por miedo a quedar solos. Pero llegamos tarde, te vi y me viste, nos reconocimos enseguida, pero tarde. Maldita sea la hora que encontré lo que soñé, tarde... Tanto soñarte y extrañarte sin tenerte, tanto inventarte, tanto buscarte por las calles como una loca, sin encontrarte. Y ahí va uno de tantos; por desesperada, confundiendo amor con compañía. y ese miedo idiota de verte viejo y sin pareja, te hace escoger con la cabeza lo que es del corazón. Y no tengo nada contra ellos, la rabia es contra el tiempo por ponerte junto a mi, tarde... Ganas de huir; de no verte ni la sombra, de pensar que esto fue un sueño o una pesadilla, que nunca apareciste, que nunca has existido... Ganas de besarte, de coincidir contigo, de acercarme un poco, y amarrarte en un abrazo, de mirarte a los ojos y decirte bienvenido. Pero llegamos tarde. Te vi y me viste, nos reconocimos en seguida, pero tarde... Quizás en otras vidas, quizás en otras muertes... Que ganas de rozarte, que ganas de tocarte, de acercarme a ti y golpearte con un beso, de fugarnos para siempre, sin daños a terceros...

2 comentarios: